ASOCIADOS LAICOS A LA SOCIEDAD DEL SAGRADO CORAZÓN:UNA OPORTUNIDAD

 

ASOCIADOS LAICOS A LA SOCIEDAD DEL SAGRADO CORAZÓN:

UNA OPORTUNIDAD

Vivimos un momento nuevo y muy interesante en nuestra historia. Creíamos haber alcanzado una fuerza, un progreso, y un poder como no se había vivido en otros tiempos de la humanidad. Pero ha venido un pequeñísimo virus que ha echado al traste todas nuestras seguridades, y ha puesto ante nuestros ojos nuestra extremada debilidad. La pandemia del coronavirus, con su tiempo de encerramiento, nos ha regalado mucho tiempo para la reflexión. Un tiempo que nos hacía mucha falta, arrastrados como estábamos, por una civilización  de la prisa. ¿Lo hemos aprovechado? Aún estamos a tiempo. En un momento, nuestras fortalezas personales y las de países que parecían tener más fuerza e influencia, han quedado superadas y reducidas en muchos aspectos a la impotencia. Se nos ha dado un buen aldabonazo. Somos vulnerables. Muchos de nuestros allegados han llegado inopinadamente al final de su vida, al encuentro definitivo con nuestro Padre amoroso, sin apenas tiempo para prepararse. Muchas otros han padecido y padecen dificultades y sufrimientos indecibles. Y a la vez hemos visto florecer también lo más hermoso del amor, la abnegación y la solidaridad. Nuestra mirada ha descubierto un mundo benefactor e invisible que no sostiene y cuida.

Creo que es una hora propicia, para todos, pero sobre todo para los creyentes. Hora de reflexionar y tomar conciencia de manera nueva, de la importancia de la fe, de la belleza de la vida cristiana, que la felicidad honda que supone vivir como Jesús nos ha enseñado, y por ello de la responsabilidad que tenemos los cristianos en la transmisión de la fe. Muchas personas, sobre todo jóvenes y de media edad, han crecido sin conocer y valorar el inmenso don que es la fe, la alegría profunda de saberse siempre amado y acompañado por Dios, y el significado de la entrega de Jesús por nosotros, para hacernos plenamente libres hijos de Dios. Son momentos para renovarnos y dar algunos pasos importantes en nuestra vida. Creo que vale la pena que los miembros de la familia del Sagrado Corazón, pensemos en nuevas posibilidades de crecimiento en la fe y en el amor. Y un camino interesante, para quienes se sientan invitados a dar algún paso de mayor compromiso, puede ser el movimiento de Laicos Asociados a la Sociedad del Sagrado Corazón. Me han pedido que lo presente y es lo que ofrezco en unas pocas líneas.

Ser Miembro Asociado a la Sociedad del Sagrado Corazón

Un miembro Asociado a la Sociedad, es alguien que vive su vocación laical, su compromiso bautismal, en la Iglesia, ahondando progresivamente su vida cristiana y el Carisma de Santa Magdalena Sofía, que de muchas maneras ha conformado su propia existencia. Es una vocación de mayor compromiso, dentro de la propia vocación laical. Para ello se vincula a un grupo, que se reúne periódicamente en contacto con las religiosas. En este grupo se comparte y vive la oración, formación continua en la fe y conocimiento de la Espiritualidad del Sagrado Corazón. Se comparte vida y amistad. Un grupo que sostiene la propia vida cristiana y aporta así vida nueva al mundo que nos rodea.

Un grupo agradecido a cuanto ha recibido a través de la Sociedad, y descubre su propia responsabilidad en la misión confiada a la Sociedad del Sagrado Corazón en la Iglesia: descubrir y manifestar el Amor de Dios que nos ha sido revelado en el Corazón de Jesucristo. Por ello, y, según sus posibilidades, trata de vivir esta misión en tareas eclesiales y familiares apropiadas a su edad y condición; también permanece atento y disponible a las tareas de misión que pudiera encomendarle la Sociedad o que está compartiendo ya con ella.

La Iglesia es una comunidad y ser Asociado ofrece la oportunidad de vivir la fe en comunidad, en amistad, que, a la vez que sostiene, es un testimonio más patente de la fraternidad que nos pide Jesús: “En esto conocerán que sois mis discípulos si os amáis unos a otros”. ¿Sientes en tu interior la llamada a dar un paso nuevo en tu vida?

La pertenencia a este grupo se inicia en diálogo con la Religiosa encargada del grupo y en consulta al grupo mismo de asociados al que se desea vincular. Después de uno o dos años de pertenencia, sí se está preparado, se pide la admisión a la Superiora Provincial y hace su compromiso por un año, o lo renueva, si es el caso, el día del Sagrado Corazón en el que la religiosas también renuevan sus compromisos. En pocas palabras esto es lo sustancial. Para este tiempo precioso para renovar nuestra vida, éste sería un buen camino.

Es lo que algunos o algunas o sintáis cordialmente invitados.

Mª Luz Galván, RSCJ

(1)      Existen grupos de Asociados en Madrid, Oviedo, Bilbao, Priego, Granada y Sevilla. Existen en realidad en casi todos los países donde desarrollan su misión las comunidades de Religiosas del Sagrado Corazón. Tenemos un libro de orientaciones que las personas que pudierais estar interesadas en ello, podéis solicitar a mluz@planalfa.es